Cordero blanco y su uso en medicina y cocina populares.

El cordero blanco es una planta conocida por todos. La gente también lo llama ortiga cucú, blanca o sorda por su sorprendente parecido con esta especie. La única diferencia es que después del contacto con él, su piel no se cubrirá de puntos rojos y no comenzará a arder insoportablemente. Además, durante la floración, florecen pequeñas flores blancas o ligeramente amarillentas en las axilas de las hojas superiores.

El cordero blanco fresco (o más bien, sus flores y hojas trituradas hasta obtener un estado blando, así como su jugo) se usa para tratar una variedad de enfermedades y lesiones de la piel, que incluyen abscesos, úlceras, heridas, inflamación, acné e incluso forúnculos. La inflamación de las articulaciones se reduce significativamente después de las compresas y cataplasmas del cordero, y la excitación nerviosa y el insomnio retroceden después de tomar una cucharada de jugo fresco. Además, el jugo y la decocción de hojas y flores se utilizan para aumentar el apetito. La presencia de saponinas y mocos en el jugo de la planta lo convierte en un medio eficaz para combatir el asma bronquial, la bronquitis, la tos y otras dolencias del tracto respiratorio. Como regla general, en tales casos, lo más efectivo es una infusión de flores secas u hojas llenas de un vaso de agua hirviendo.

El cordero blanco también es utilizado por muchos expertos culinarios para preparar sopas, ensaladas, vinagretas y varios segundos platos. Sus hojas secas y trituradas son un condimento excelente y, a partir de flores mezcladas con tomillo, hierba de San Juan y hierba verde, se puede preparar una infusión de hierbas muy fragante y saludable.