Espino: cuidado y mantenimiento

El espino, que es muy fácil de cuidar, tiene frutos muy sabrosos y a la vez saludables. No solo puede hacer mermeladas y mermeladas, sino también secarlas y prepararlas como té, y también usarlas junto con flores para combatir el insomnio, la tos, la dificultad para respirar, el asma y la hipertensión.

El espino, que no causará muchos problemas, se debe plantar en áreas soleadas, colocando las plantas de manera que quede al menos un metro y medio de distancia libre entre ellas. Los arbustos jóvenes crecen extremadamente rápido, pero comienzan a dar frutos solo después de cinco a seis años. Para cultivar una planta más poderosa, puede fertilizar el suelo en los pozos de siembra con algunos cubos de compost y una pequeña cantidad de nitrofoska. También es aconsejable evitar la proximidad de plantas como perales, cerezos y manzanos para evitar ser dañados por plagas comunes.

El cuidado de este cultivo se reduce al aflojamiento regular de la tierra alrededor de los arbustos, el deshierbe y eliminación de malas hierbas, el abono, así como la formación de la corona. La esencia de la última operación es cortar oportunamente la corona a una cierta altura, estimulando así la formación y el desarrollo de ramas laterales. También es muy importante fertilizar el espino, y esto debe hacerse un año después de la siembra antes del inicio de la fructificación cada otoño y primavera. Para la alimentación de otoño, se usa nitrofoska diluida con agua, y para la alimentación de primavera, se usan fertilizantes nitrogenados, por ejemplo, urea. En la fase de fructificación, es aconsejable abonar el suelo de la planta con humato sódico potásico líquido o "Ideal".

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Plantamos espinos y escaramujos hace unos años como seto en nuestra zona. No requieren mucha atención y cuidados y anualmente nos brindan bayas útiles para la preparación de infusiones medicinales.