Lavanda - cuidado y cultivo

La lavanda es un arbusto ornamental de hoja perenne. La lavanda tiene hojas estrechas de un color plateado inusual. En lavanda, las espiguillas pueden ser de color púrpura, lila, rosa, azul y blanco. Son muy atractivos para las mariposas y las abejas. La lavanda es una planta amante de la luz y tolerante a la sequía. Puede soportar temperaturas frías y hasta menos 20 grados. A los 5 grados, la lavanda entra en estado latente.

El cuidado de la lavanda también requiere cuidado. Necesita suelos ligeros y suficientemente aireados con reacción alcalina y neutra. Con suficiente humedad, los suelos arcillosos y franco arenosos son la mejor opción. En suelos arcillosos ácidos, pesados, pantanosos o salinos, la lavanda crece mal cuando el agua subterránea está cerca.

La lavanda prefiere el cuidado en forma de eliminación oportuna de inflorescencias, procesamiento repetido de espacios entre filas, restauración de plantas muertas. Además, todos los años es necesario alimentar a las plantas con fertilizantes nitrogenados. Si hay una disminución en la productividad, las plantas se rejuvenecen cortando el arbusto a un nivel de 4-5 centímetros del suelo.

En primavera, la lavanda debe cortarse. En el clima, las plantas calientes y secas se riegan abundantemente. Para el invierno, la lavanda debe cubrirse, para esto usan ramas de abeto, agujas de pino. Cuando una parte del suelo se congela, debe cortarse, luego la planta se recuperará. La poda ayuda a rejuvenecer los arbustos con regularidad. Debe podarse a tallos rígidos, pero no demasiado para que la planta no muera.

La lavanda se ve muy bien durante la floración o durante todo el año.

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