Lavanda: el alma fragante del jardín

El nombre de esta planta proviene de la palabra "lavar" porque incluso los antiguos romanos agregaban lavanda al agua mientras se bañaban. Hasta ahora, sigue siendo una de las flores de aceite esencial más populares, que se usa en todas partes y en todas partes. En cosmetología, la lavanda agrega aroma a champús, geles, jabones o perfumes. Las composiciones de perfume con ella se distinguen por un aroma fresco, lánguido y persistente. En un momento, fue una flor del Mediterráneo, la India y las Islas Canarias. Pero con el desarrollo de la industria del perfume, la lavanda comenzó a ser domesticada y cultivada en todo el mundo. Especialmente en la patria de los perfumes exquisitos, en Francia.

Existen diferentes tipos de esta planta: algodón, mar, lavanda medicinal. Curiosamente, aunque la flor no alcanza más de 80 centímetros de altura, su raíz puede penetrar hasta 4 metros de profundidad en el suelo. ¡¿Te imaginas qué poderoso sistema de raíces ?!

Además de la aromaterapia, con la ayuda de la cual la lavanda salva de las migrañas, alivia la fatiga y el estrés, también repele bastante bien las polillas. Por lo tanto, puede colocar bolsas de esta hierba seca de manera segura en un armario o una cómoda donde se encuentran la ropa y la ropa de cama.

Al poner en una bolsa de este tipo con lavanda o una mezcla de hierbas compleja, se quedará dormido como un bebé y se despertará vigoroso, fresco y descansado. No se debe subestimar el poder de los aromas naturales. El aceite esencial de lavanda natural también se usa en la medicina popular como un remedio tópico calmante para curar heridas que incluso puede combatir el acné.

La planta no tiene pretensiones de cuidar, es resistente y prefiere suelos pobres, donde el agua subterránea no se encuentra demasiado cerca de la superficie. La lavanda no crece en suelos pesados, le encanta la luz y el calor en abundancia.

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El aroma de la lavanda probablemente sea familiar para todos. Es una pena que nunca haya visto la planta en sí. Y de la polilla, una vez colocamos velas perfumadas con lavanda, traídas del P. Bali. A juzgar por el hecho de que todas las cosas de piel y lana permanecieron intactas, tal herramienta nos ayudó.