Manzanilla blanca

¿Qué podría ser más familiar que la manzanilla? Todo el mundo conoce esta flor desde la infancia y le encanta tirar de sus pétalos, preguntándose si este o aquel negocio se hará realidad. Pero, de hecho, la manzanilla blanca no es solo una forma de adivinar la suerte, sino también una flor decorativa muy hermosa. También existe una variedad de manzanilla blanca que se utiliza con fines medicinales.

Es seguro decir que la manzanilla es una flor silvestre. La longitud del tallo le alcanza unos 30-60 centímetros.

Si decide cultivar manzanilla en casa, debe saber que la flor ama el sol, aunque tolera la sombra parcial. Además, no se olvide de regar en la temporada de calor, ya que la manzanilla blanca es muy aficionada a la humedad.

La reproducción de esta flor se produce por semillas. Lo mejor es sembrarlos en primavera, aunque es posible a finales de otoño.

En cuanto a las variedades de manzanilla, existen tres variedades. La primera se puede llamar manzanilla de prado (Leucanthemum vulgare), que es precisamente la decoración del jardín de flores. Esta especie mide unos 60 centímetros de altura y crece hasta 30 centímetros de ancho. Las flores de esta especie son bastante grandes.

La segunda especie se puede llamar manzanilla romana o noble (manzanilla romana). No es tan alto (30 centímetros) y se usa más a menudo para rellenar parcelas de jardín. Las flores de esta variedad son demasiado pequeñas, lo que forma una alfombra blanca en el jardín.

Y por último, manzanilla alemana. Esta flor blanca alcanza una longitud de 50 cm. La flor es de tamaño mediano, pero tiene una peculiaridad. Este tipo es muy fragante, por lo tanto, lo plantan aquellos que aman no solo la belleza, sino también el aroma.
 

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