Rosa china de interior y su cultivo.

La rosa china de interior, también llamada hibisco, es una planta extremadamente amante de la luz, que, sin embargo, no tolera la luz solar directa, que deja quemaduras en sus hojas. En verano, esta planta es muy útil para llevar al jardín o al menos en un balcón abierto, colocándola en un lugar ligeramente sombreado.

La rosa china de interior necesita trasplantes regulares, que deben realizarse a fines de abril, transfiriendo la planta a macetas grandes llenas de mezcla de nutrientes. Para estimular el crecimiento de brotes jóvenes (es decir, se forman flores en ellos), es necesario cortar periódicamente brotes largos. En cuanto al riego del hibisco, necesita mucha humedad durante el período de floración. No será superfluo realizar pulverizaciones regulares con agua tibia. También es muy útil alimentar regularmente a la planta con soluciones acuosas especiales y una solución débil de azúcar, preparada en la proporción de media cucharadita de azúcar granulada en un vaso de agua). Por cierto, las hojas cocidas al sol se pueden rociar con la misma solución. Además, el hibisco reacciona muy bien a los nutrientes en la sangre, por lo que si encuentra una bolsa de carne que se ha derretido en el refrigerador, vierta el contenido en la maceta.

Cuando está en reposo, es mejor mantener la rosa china en una habitación fresca en una ventana bien iluminada que dé al este o al sur. Durante este período, la planta realmente no necesita agua, por lo tanto, es necesario regarla en raras ocasiones y bastante.