Ciclamen persa. Funciones de cuidado

El ciclamen persa se ha convertido en el favorito de muchos por la época de su floración: en invierno, cuando la mayoría de las plantas suelen entrar en un estado de calma, agrada con sus hermosas flores, delicadas y coloridas al mismo tiempo. El ciclamen es adecuado para personas con frecuentes cambios de humor. Crea una atmósfera única en la casa, y acariciándola puedes olvidarte de los problemas y el alboroto habitual.

El ciclamen debe su nombre a la forma de una bombilla redonda. Ella, por cierto, tiene solo una zona de crecimiento, lo que hace que la maceta sea lo suficientemente vulnerable.
Las flores de ciclamen se parecen a una mariposa y sus tonos son diferentes, desde el rosa pálido hasta el morado oscuro.

Características del ciclamen en crecimiento.

El ciclamen persa es bastante exigente, por lo que es necesario conocer algunas de las características de su cuidado:

  • iluminación: al ciclamen no le gusta la luz solar directa, pero debe haber una cantidad suficiente de luz;
  • el riego es muy importante para el ciclamen, durante el período de crecimiento debe regarse a menudo con agua sedimentada y, al mismo tiempo, es imperativo asegurarse de que el agua no entre en el bulbo, es mejor regar desde la paleta;
  • temperatura: la planta no tolera altas temperaturas, es cómoda para ella a 10-12 grados;
  • la pulverización es un requisito previo para el cultivo de ciclamen, pero debe llevarse a cabo con mucho cuidado, asegurándose de que el agua no llegue al cormo ni a la zona de la flor;
  • trasplante: es necesario trasplantar la maceta cuando comienzan a aparecer nuevas hojas, la maceta debe ser pequeña y el bulbo no se puede plantar profundamente en el suelo (no más de 2/3 del bulbo).
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Al ciclamen tampoco le gusta el aire seco. Por lo tanto, en invierno, es necesario mantener una alta humedad interior.